10/11/2025
Pochoclos, barras y alternativas a base de plantas aumentan en ventas y muestran que los antojos también pueden ser nutritivos.
Durante mucho tiempo, “comer entre comidas” fue casi un pecado. Las opciones rápidas solían ser papas fritas, galletitas o productos ultraprocesados con más grasas trans y azúcares que nutrientes. Pero esa costumbre empezó a transformarse. Hoy, el snack dejó de ser un antojo culposo para convertirse en una elección consciente.
Los nuevos consumidores —más informados y atentos a lo que comen— ya no eligen paquetes con listas interminables de ingredientes, sino propuestas simples, naturales y nutritivas. En lugar de un snack vacío, prefieren una granola con semillas y frutas, un puñado de frutos secos o pochoclos saborizados, que además de saciar, aportan energía real.
Esta tendencia responde a un cambio profundo en la forma de relacionarse con la comida. Las personas buscan practicidad, sí, pero sin resignar calidad ni bienestar. Muchos vegetarianos y veganos, que históricamente tuvieron pocas alternativas listas para consumir, hoy encuentran opciones inclusivas que se adaptan a su estilo de vida.
En ese contexto surgen propuestas como las de Nutriveg, una empresa argentina que entendió que snackear también puede ser sinónimo de alimentarse bien. Sus productos —que van desde barras de frutos secos hasta granolas y pochoclos sin TACC, sin conservantes y 100 % vegetales— reflejan este nuevo modo de comer: más simple, más saludable y, sobre todo, más real. “El desafío fue demostrar que se puede snackear mejor, con practicidad y sin exclusiones. La clave está en no resignar lo más importante: que sean ricos”, destacan desde la Compañía.
El auge de los snacks saludables no parece una moda pasajera, sino una evolución lógica de una generación que busca sentirse bien sin hacer sacrificios. Porque sí, se puede disfrutar de algo rico, práctico y nutritivo al mismo tiempo. Y eso, más que una tendencia, ya es una forma de vida.
