11/07/2025

MÁS VUELOS, MÁS PLANES, MÁS CULTURA: BUENOS AIRES EN INVIERNO

Por Ariana Salgado

Hay algo en escaparse antes que el resto. En ganarle unos días al invierno, armar la valija liviana, subirse a un avión y cambiar de aire. Eso fue lo que hice: me adelanté a las vacaciones de julio y me regalé un fin de semana en Buenos Aires. Spoiler: fue una gran decisión.

Salí desde Córdoba con Flybondi, que este mes aumentó la frecuencia de vuelos a la capital: ahora hay 19 opciones semanales y pasajes desde $24.990 por tramo. La experiencia fue súper cómoda, viajé solo con carry on (sí, 9 kilos son más que suficientes) y con todo resuelto desde la web. Lo mejor de todo: sin pagar de más por lo que no necesitás. Ideal para quienes buscan libertad al viajar.

Apenas llegué a Buenos Aires, esa energía única me abrazó. Es una ciudad que no te da respiro, pero en el mejor sentido. Todo el tiempo hay algo para hacer, probar o descubrir. Mi base fue el hotel Esplendor by Wyndham Plaza Francia, en plena Recoleta. Una joya boutique que combina elegancia clásica con arte contemporáneo. Hay obras en todos los espacios comunes, de artistas como Matías Duville y Ana Eckell, y una atmósfera tan cálida que es imposible no sentirse inspirado.

Durante esos tres días, hice de todo. Caminé por Recoleta, probé tapeo en diferentes resto, visité una galería con retratos del colectivo Mondongo en otro hotel de la cadena, y hasta me animé a un dulce de leche sabor fernet (raro, pero funciona). Me sumé a una visita guiada por San Telmo organizada a través de Civitatis, una plataforma que concentra las mejores experiencias turísticas en español. El recorrido fue un viaje en el tiempo: pasamos por iglesias coloniales, el Paseo de la Historieta, la Casa Mínima y cerramos en el icónico Mercado, entre historias de inmigrantes, conventillos y tango. Una postal porteña que no envejece.

Entre caminatas, también hubo espacio para el placer gastronómico. Uno de los grandes descubrimientos fue Obrador Florida, una heladería y postrería de alta cocina donde los sabores van desde mandarina fermentada hasta sambayón con miso. Sí, leíste bien. Todo pensado como una obra de arte comestible.

Otra parada inolvidable fue Casa Sáenz, el restaurante de Ximena Sáenz en Belgrano, donde la cocina de fuegos, los hornos de barro y los productos de pequeños productores dan como resultado platos honestos, sabrosos y reconfortantes. Un espacio con alma, como la cocinera que lo creó.

Y si hablamos de cócteles y noche, Cochinchina no puede faltar. El bar de Inés de los Santos es un viaje sensorial que combina lo mejor de la coctelería con sabores franco-vietnamitas. Está en el puesto 26 del ranking de los World’s 50 Best Bars, y la experiencia justifica cada número: diseño, propuesta, energía.

La noche del sábado la reservé para una salida especial: teatro en Avenida Corrientes. Fui a ver Pretty Woman, el musical. La magia de la historia, sumada a la energía de esa avenida, es una combinación que nunca falla.

Para despedirme de la ciudad como se debe, subí a la terraza de Trade Sky Bar, en el edificio Comega. Desde ahí, Buenos Aires parece infinita, esta ciudad tiene algo que siempre te hace querer volver.

Volví con la sensación de haber vivido mucho en poco tiempo. La capital argentina tiene eso: te deja recuerdos intensos en apenas un fin de semana. Y con la conexión directa desde Córdoba, sumada a opciones accesibles de vuelo y hotel, no hay excusas para no planear una escapada. Porque no hace falta esperar las vacaciones para cambiar de aire. A veces, basta con adelantarse un poquito.

📍Más info en flybondi.com

🔗 Reservas: esplendorplazafrancia.com


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