PRODUCCIÓN: Mala Peluqueria @malapeluqueria
FOTOGRAFÍAS: Gabriel Machado @machadito1
MAKE UP: Bettina Frumboli @bettinafrumboli
con productos Lâncome @lancomeofficial
STYLE: Cristian Navarro @cnavar
POST: Juan Echegonyeberri @juanechegonyeberri
TOTAL WHITE: China by Antolín @chinabyantolin
Aros Flâneur @flaneurba
Sombrero Made in Chola @madeinchola
¿Cómo manejás las críticas negativas frente a la exposición de tu vida,estando bajo la mirada de todo el mundo?
Estoy bastante acostumbrada. Creo que críticas va a haber siempre con respecto a mi trabajo y a mis elecciones, pero, increíblemente, después de mucho tiempo, me acostumbré.
¿Cómo es un día con la China Suárez?
Depende, porque todos mis días son distintos: vengo a grabar, desayuno mientras me preparo con mi personaje, si tengo algún bache en el horario, me voy a mi casa a estar con mis hijas y después vuelvo, voy a buscar a Rufina al colegio o la llevo a danza, pero soy bastante tranquila en mi vida cotidiana. Me gustan mucho mis momentos de ocio y de
compartir con mi familia.
Si tuvieras que volver a un momento de tu carrera, ¿cuál sería?
No volvería a ninguno. Viviría este momento porque la estoy pasando muy bien con “Raquel”, el personaje que interpreto en “Argentina, tierra de amor y venganza”. La estoy disfrutando muchísimo y a la gente le encanta, lo que me hace muy feliz.
Sabemos que este 2019 se viene el casamiento con Benjamín (Vicuña), ¿cómo lo imaginás?
Estoy muy entusiasmada con todos los preparativos y la verdad es que sueño con esté toda la familia unida.
Te tocó interpretar papeles muy fuertes, ¿cómo te preparás para cada uno de ellos?
A cada papel lo armó de una manera distinta, depende. En general, los construyo desde afuera hacia adentro. Pienso en generar automáticamente el look: cómo tendría el pelo, si usaría maquillaje o no, cómo se vestiría, qué haría, qué le pasaría. Trato de anotar todo.
Desde muy chica te apasiona tu profesión, pero si no fueras actriz, ¿a qué pensás que te dedicarías?
No sé qué sería. Probablemente, Diseñadora de Moda o Psicóloga, porque son dos carreras que me hubiese gustado estudiar. Si bien colaboro con Nati (Antolin), debo reconocer que la parte de crear, me apasiona.
Si pudieras tener un superpoder, ¿cuál sería?
Ser invisible.
¿Por qué decidiste dar a conocer a tus hijas en las redes sociales?
Decidí mostrar a mis hijas porque, Rufina especialmente, fue creciendo. Si bien a ella la cuido un poco más porque al papá (Nicolás Cabré) no le gusta la exposición, son demasiado lindas y quiero que el mundo las conozca. Y recibí tanto amor y buenos comentarios que me gustó hacerlo.
¿En qué te cambió la maternidad?
En todo. Para empezar, las prioridades. En mi caso, fue lo que siempre quise y lo decidí desde muy chica. De hecho, ser madre es lo que más disfruto en el mundo.
¿Cómo proyectás tu carrera en el exterior?
Voy paso a paso. Me encanta trabajar en Argentina, aunque también me gustaría hacer algún proyecto en España, que fue el país donde estuvimos viviendo con Benjamín el año pasado, y en el que tuve varias reuniones y audiciones, lo que disfruté muchísimo.
En varias entrevistas, afirmaste que sufriste de “bullying” durante tu infancia. Si tuvieras que darles un consejo a tus hijas en una situación así, ¿qué les dirías?
Creo que no hay consejos suficientes para atravesar una cosa así. Mi papá, por ejemplo, me decía que me defendiera y era lo que trataba de hacer. Sí
les diría que sean fuertes y que hablen con quien deban hablar, aunque no creo que haya un consejo armado para esta clase de cosas.
¿Qué sueños te faltan por cumplir?
Quiero hacer un musical en teatro, puntualmente, de Disney. Y alguna obra infantil porque me gustan mucho los niños.
Sos vegetariana, ¿qué te hizo trasladarles esta forma de vida a tus hijas?
Magnolia es vegetariana pero Rufina no. Esta decisión de que así fuera sucedió después de una charla que tuve con Benjamín, en donde hablamos que no voy a enseñarle que lo común es comer carne. Quiero que ella decida cuando sea más grande qué quiere hacer, pero yo no le inculcaré un hábito que no me parece y con el que no estoy de acuerdo.
Si tuvieras que definir en tres palabras tu presente, ¿Cuáles serían?
Felicidad, tranquilidad y realización.
¿Cómo te dicen?: Me dicen “China” porque tengo una abuela japonesa.
¿Una inspiración?: Las mujeres. En realidad, las mujeres de otra época, esas que abrieron el camino como Brigitte Bardot o Kate Moss; también mis hijas, mis amigas, mi trabajo, muchas cosas… ¡Todo me inspira (risas)!
¿Un contraste?: Mi vida tiene muchos contrastes. Básicamente, mi personalidad es un contraste. Tengo mis ideas muy marcadas, muy seguras, pero voy creciendo y voy cambiando. Soy como un pez en el agua.
¿Las reglas?: Las reglas las pongo yo. Y no creo que las siga.
¿Una escena?: De amor. Siempre.
¿Un desafío?: Mi trabajo.
¿El amor?: En mi vida, es todo. Siempre digo que hay que hacer todo con amor sino mejor no hacerlo.
¿La felicidad?: Soy una persona en una búsqueda constante de la felicidad: en mi trabajo, con mi familia, con mis amigas. Es un estado.
«Tan absurdo y fugaz es nuestro paso por el mundo, que sólo me deja tranquila el saber que he sido auténtica, que he logrado ser lo más parecida a mí misma que he podido»
FRIDA KAHLO
Su vida siempre tuvo adrenalina y arte. Nacida en una familia con raíces japonesas (su abuela materna, Marta Mitsumori, era hija de inmigrantes que llegaron desde Japón), sus padres, Guillermo Suárez y Marcela Riveiro Mitsumori, la incentivaron a que creciera en libertad. A pesar de haber vivido situaciones de «bullying» durante su época de alumna en el colegio secundario, supo capitalizarlo, potenciando su lado artístico. Debutó a los once años en “Rincón de Luz”, de la mano de Cris Morena. Este fue el puntapié para el despegue de su carrera, siguiendo con “Floricienta”, “Amor mío”, “Amo de casa”, “Casi ángeles”, “Los únicos”, “Solamente vos”, “Camino al amor”, entre otras novelas. Además, interpretó personajes fuertes y difíciles en películas como “Abzurdah”, “El hilo rojo” y “Los padecientes”.
Ella misma reconoció que su infancia fue diferente pero que desde siempre supo quién quería ser: “Nunca me gustaron las princesas. Decía que eran aburridas: me regalaban una Barbie y la hacía jugar al fútbol. En los recreos, escribía en mi cuaderno que las chicas sólo hablaban mal de otras chicas, mientras tomaban sol y que eso me parecía tonto y aburrido”.
Así es la China Suárez.
