POR MARIELA TESLER
Sex Coach- Autora de “Ganas de Vos”
Seguramente, si pedimos en cualquier heladería el sabor vainilla, va a estar rico o al menos no será un sabor desagradable. Es un clásico. Pero, ¿qué pasaría si nos
atrevemos a nuevos sabores; que nos permitan descubrir que también nos gustaba el dulce de leche con chispas de chocolate, o el mascarpone, y que incluso, eran
gustos mucho más sabrosos?
Solemos quejarnos de nuestra rutina sexual: la sentimos aburrida, escasa, a veces hasta nula o con falta de deseo. ¿Qué pasaría si la condimentamos un poco? Salirnos de la queja y saber que podemos sentir mucho más, aún con la misma persona con la que convivimos desde hace tantos años, es un muy buen punto de partida.
Salirnos del “vainilla”, implica entender que el cambio no será porque necesitamos reemplazar a alguno de los amantes ni porque la pareja ya no nos estimula. Sumar cosmética sensorial, juguetes, cambiar de posición, volver al juego, nos trae un aire fresco, nuevo, nos da complicidad, risa, nos suma sensaciones a los dos. Es como un refresh sexual que vale la pena conocer o al menos probar una vez en la vida.