El cine al igual que la literatura, nos adentra a un mundo en donde fluye la percepción. Imagen,
sonido y argumento, deben interactuar de tal forma que pueda suscitar una conexión
emocional y reflexiva. Por ello, es necesario que el espectador pueda creer lo que aprecia con
los sentidos. Pero lo anterior, se logra a través de la verosimilitud.
¿Qué es la verosimilitud? Muchos la consideran sinónimo de realismo, aunque en realidad, el
concepto se acerca más a aquello que parece verdadero. Por ende, esta afiliación entre
espectador y creador, debe ser creíble por medio de la construcción del mundo diegetico y los
códigos estéticos que la constituyen como coherentes.
En lo que nos concierne a la nueva temporada de Las Chicas de Cable, se puede decir que la
coherencia y la verosimilitud, no se hacen presentes en todo su esplendor. La serie arranca
como las otras temporadas: Una potente reivindicación femenina por promulgar la alcaldía de
Carlota, a pesar de la forma dramática en que finalizo la tercera temporada con la exposición
de la compañía de teléfonos. Pero las pretensiones de Carlota, serán denegadas al ser acusada
de un homicidio. Esa es la línea argumental más potente de la temporada. Sin contar con todos
los puntos de giros que dificultan los objetivos de las personajes y sus enredos amorosos, para
poner más azúcar y pimienta al drama. Sin embargo, se puede destacar que las personajes se
encuentran mas asentadas y con un mayor carácter en su evolución.
Pero lamentablemente, por querer abarcar un mayor público, se aleja de las condiciones
históricas que la enmarcan, debido al tratamiento de temas tan actuales que conjuga una
historia llena de anacronismos sin sentido. ¿Está mal tratar la despenalización de la
homosexualidad en Madrid en 1931? No, sino que es no es creíble, ya que no es coherente con
la historia que se tiene de referencia de España.
En base a lo anterior, lleva a la conformación de episodios entre planos y muy planos, con
algunas tramas poco creíbles y una sobre abundancia del recurso de la banda sonora y la voz
en off. Y es una lástima, ya que el sello de Las Chicas del Cable se destaca por muy buenas
actuaciones, una excelente puesta en escena y un fuerte argumento caracterizado por la
amistad y un feminismo indeleble.
El resultado de la cuarta temporada, repito: falta de coherencia y verosimilitud, a pesar de una
amistad ilesa.
PUNTAJE: 6/10.
